Las bicicletas son para el verano. Y para Dinamarca. Aquí estoy. En Copenhague. Con 22 adolescentes noruegos y otros dos profesores. Es curioso. Una preciosa capital européa. Con multitud de monumentos, museos, cafés, la Sirenita... y lo que más me llama la atención son las bicicletas. Es fascinante. Hay más bicicletas que coches. Y casi todas son las típicas bicis de paseo antiguas con cestillo delante y atrás. Conviene decir que hemos tenido mucha suerte con el tiempo, y hay unos 30 grados de día y casi 20 ahora que son las doce y media de la noche. Me pregunto cómo será cuando la nieve llegue hasta las orejas. No debe ser muy diferente, porque es algo que está en la cultura. Las calles están perfectamente acondicionadas para la bicicleta. Calles anchas, con carriles extras para los ciclistas. Ciclistas de todas las edades, clases sociales y pintejas. Con corbata, con minifalda, con crestas y con sombrero. También se pueden alquilar bicicletas por días. Veremos si mañana o pasado podemos hacer un “tour”.
Por lo demás, no ha dado mucho tiempo a más. Tuvimos un pequeño gran incidente que nos hizo llegar a nuestro destino con dos o tres horas de retraso sobre el horario previsto. Resulta que yo y mi Guía Campsa somos más efectivos que un chofer noruego y su GPS. Estaba obsesionado con coger un ferry, y no había tal ferry. Sólo había la opción de cruzar un puente-túnel de Suecia a Dinamarca. Que tras dos horas de rodéos fue al opción definitiva. El problema estaba en que el conductor había “oído” que el peaje del puente eran 40.000 pesetas para un bus, pero al final fueron poco más de 10.000 pts/500 DKK/60€. Y cruzamos el puente. Y vaya puente. Impresionante. Una increíble obra de ingeniería que se adentra en el mar y uno se pregunta cómo se sostendrá eso. A ambos lados, agua, mucho agua. Y muchos molinos de viento. No de los de Quijote, sino de los que dan dinero. Y cuando uno no para de asombrarse del puente...para abajo, de repente. El puente se convierte en túnel que va por debajo del mar los últimos 500 metros hasta entrar en tierras danesas. Una pocholada oiga. A uno de pueblo como yo le impresiona cualquier cosa quizás.
Buenas...interesantes tu blog.
ResponderEliminarSolo quería comentarte una cosa. El ferry que conecta dinamarca y suecia y dices que no existe, en realidad si existe. Yo estuve allí hace unos 5 años. no me acuerdo de que parte de dinamarca sale (solo recuerdo que está a una hora en tren de copenague) pero conecta con la parte sueca de hesinborg o como se escriba ;) (no confundir con helsinborg). En el ferry podías cambiar de moneda. No duraba mucho el trayecto...no llegaba a una hora.
Saludos,,