Que más o menos, traducido al cristiano es "hola don Pepito, hola don José". De vez en cuando, me uno a la moda de los españoles en Noruega, y así como Obélix se refería a los romanos, yo también digo "están locos estos noruegos". ¿Y por qué? ¿y por qué hoy? Hoy hablamos de los saludos. Nunca, nunca, esperes un "hola buenos días" en un ascensor noruego. Mucho menos un parte meteorológico sobre qué tiempo hará fuera. Y no porque ya sepamos que hará un frío del carajo, sino porque aquí no se estila. Lo he hablado con muchos noruegos y ellos están de acuerdo. "Somos así, fríos". Y siempre me pregunto, si lo saben, y no les gusta... ¿por qué no cambian?
Bueno, puede ser porque quizás no sea cierto. No es verdad que los noruegos no saluden. Si en el mundo de los moteros es tradición una rafaguita al que se cruza contigo en la nacional, aunque sea un Ángel del Infierno, en Noruega es costumbre saludar, siempre, cuando esquías y cuando vas en barco.
Precisamos. Este finde he tenido la opción de darme un par de paseos de esquí de fondo, y he hecho cantidad de amigos de medio segundo. Alguno más cada vez que me caía. Esto es porque, cuando me cruzaba con otro esquiador, siempre más hábil que yo, me regalaba su mejor sonrisa y un estupendo "hola" o un "buenos días", o ambos si tenía suerte. De jovencitos atléticos a abuelas rockeras, todos le dan a los palos y a la educación en la nieve.
Y esta costumbre se repite en todos los que conducen barco, que son prácticamente todos los que en Noruega tienen un sueldo mayor que el mío, que son muchos. Hace un par de meses halábamos de esto en la clase de español, y un chavalito, muy aplicado y simpático, pero más pijo que Pocholo, suelta: "por supuesto no saludo en el ascensor, no voy a ir dando la mano a todo el mundo. No me voy a poner en Karl Johan (centro de Oslo) a darle besos a todo el que se cruza conmigo". No deja de tener su lógica su exposición, pero yo le respondo: "pero a que cuando te cruzas con otro barco en el fiordo de Oslo siempre regalas la mejor de tus sonrisas y saludas amigablemente, aunque no les conozcas de nada". No sabía si tenía o no barco, pero lo dí por supuesto y no me equivoqué. Se queda pensando y sin saber qué decir:"mmm, pues claro que saludo". "¿y por qué?¿cuál es la diferencia?". "Bueno, es que...los que tenemos barco... es que ... es otra cosa". A mí esta explicación me convenció, no necesité más.
Yo a partir de ahora no sé a quién tendré que saludar en Noruega, pero está claro que seguiré repartiendo los dos besos hispanos, que dan un punto "chic" que en este país se aprecia mucho.
---Bueno, puede ser porque quizás no sea cierto. No es verdad que los noruegos no saluden. Si en el mundo de los moteros es tradición una rafaguita al que se cruza contigo en la nacional, aunque sea un Ángel del Infierno, en Noruega es costumbre saludar, siempre, cuando esquías y cuando vas en barco.
Precisamos. Este finde he tenido la opción de darme un par de paseos de esquí de fondo, y he hecho cantidad de amigos de medio segundo. Alguno más cada vez que me caía. Esto es porque, cuando me cruzaba con otro esquiador, siempre más hábil que yo, me regalaba su mejor sonrisa y un estupendo "hola" o un "buenos días", o ambos si tenía suerte. De jovencitos atléticos a abuelas rockeras, todos le dan a los palos y a la educación en la nieve.
Y esta costumbre se repite en todos los que conducen barco, que son prácticamente todos los que en Noruega tienen un sueldo mayor que el mío, que son muchos. Hace un par de meses halábamos de esto en la clase de español, y un chavalito, muy aplicado y simpático, pero más pijo que Pocholo, suelta: "por supuesto no saludo en el ascensor, no voy a ir dando la mano a todo el mundo. No me voy a poner en Karl Johan (centro de Oslo) a darle besos a todo el que se cruza conmigo". No deja de tener su lógica su exposición, pero yo le respondo: "pero a que cuando te cruzas con otro barco en el fiordo de Oslo siempre regalas la mejor de tus sonrisas y saludas amigablemente, aunque no les conozcas de nada". No sabía si tenía o no barco, pero lo dí por supuesto y no me equivoqué. Se queda pensando y sin saber qué decir:"mmm, pues claro que saludo". "¿y por qué?¿cuál es la diferencia?". "Bueno, es que...los que tenemos barco... es que ... es otra cosa". A mí esta explicación me convenció, no necesité más.
Yo a partir de ahora no sé a quién tendré que saludar en Noruega, pero está claro que seguiré repartiendo los dos besos hispanos, que dan un punto "chic" que en este país se aprecia mucho.
Estoy totalmente de acuerdo contigo. Los noruegos son bastante raros en cuanto al saludar. Es "normal" que algún colegas del trabajo entra por la mañana, se sienta en su silla y empieza a trabajar sin saludar porque está cansado y no le apetece tanto abrir su boca para decir "Buenos días"? Llevo doce años en Noruega pero todavía no he logrado acostumbrarme a este "fenómeno":-)
ResponderEliminar...no te saludan en el ascensor, pero te dicen "takk for i dag" ("gracias por el dia") al final de una jornada de trabajo, "takk for maten" ("gracias por la comida") después de cenar (eso si, nunca dicen "que aproveche"), "takk for sist" ("gracias por la ultima vez que nos vimos" o "gracias por el año pasado" si es Nochevieja)... Seguro que me olvido de alguno mas. Curiosos, estos noruegos, eh? ;-)
ResponderEliminarLo mas gracioso es cuando se saludan, ese amago de beso y abrazo sin casi tocarse! ;-)
ResponderEliminarBueno, en España cada vez es más común que nadie salude ni se digne a hablar contigo en el mercado o en una parada de autobús. Y nuestra educación deja mucho que desear en muchos aspectos. Creo que estamos perdiendo ese carácter que teníamos y estamos globalizándonos también en eso.
ResponderEliminarTe cuento que en Ibiza nos conocemos toooodooos y nos saludadmos toooodoss . Conocemos a la charcutera a su hijo que juega a futbol con el hijo del vecino al pediatra de tu hijo que es el primo hermano de hermano de tu compañera de trabajo , un publo. Luego cuando voy a Madrid o Barcelona me da mucha pena ver a la gente agarrada al bolso y mirando al suelo. Supongo que tambien son diferentes costumbres dentro de un pais.
ResponderEliminarHe leido mucho sobre esta costumbre de no saludar como nosotros . Supongo que es una manera diferente de relacionarse.
Es que los Españoles hablamos con las farolas , por lo menos yo. Jajaja
Besazos
Maria
Hola David: venía todo bien hasta que mencionaste a "Don Pepito y a Dón José". Tengo una sobrina de 3 años. ¿Sabés cuantas veces al día ve esos videos de youtube? Cada vez que voy a visitarla, veo a "Don Pepito y Don José" hasta dormido. A ese y a "la gallina turuleca".
ResponderEliminarDejando de lado eso, yo as los noruegos no los entiendo. Hasta he dejado de intentar entenderles.
Se me hace la idea que si trato de aprender el idioma, tal vez pueda entender su forma de ser.
Saludos
María, yo soy de MAdrid y efectivamente aquí la gente va mucho a lo suyo. Los nórdicos tendrán fama de no hacer muchas amistades nuevas pero tendrías que ver lo que hay aquí. La gente está como miedosa por todo. Ignoro el porqué pero en Madrid se sigue respetando al que llega de fuera, pero sin querer intimar demasiado. Ya sabes, "que corra el aire".
ResponderEliminarEn eso es una pena que los madrileños hayamos cambiado. Parecemos noruegos en ese sentido ;)
Muy, muy cierto :-) Lo del cambio de actitud cuando esquian es tal cual...un verdadero shock cuando de repente todos te saludan tan contentos mientras esquias pero nadie te da los buenos dias en la oficina!!!! Creo que lo que pasa es que lo unico que les produce un poco de euforia es estar en la nieve o en el fjord, del resto andan como medio zombies :-)
ResponderEliminarCasandra
No DAvid, no es que saluden cuando te caes.
ResponderEliminarSimplemente es su manera de exteriorizar sus pensamientos de "Miralo a este porbre infelíz".
;-)
Takk for sist es muy bueno. Sobre todo para mi que no me acuerdo la cara de la gente. Menos despues de una fuesta donde terminé doblado de tragos. Con lo cual, a veces me caé alguien a alguna fiesta en casa, y me dice "takk for sist". Y yo pienso, de donde corno lo conozco al cristiano este?
Tal vez es otro truco Noruego, para colarse en fiestas apelando a la amnesia alcoholica y la culpa del anfitrion.
Es como el mencionado truco de el saludo de los esquiadores a los caídos.