Me cago en falange, manos limpias, libertad e identidad, y en todos los mamones que manipulan las palabras y las leyes y quieren condenar a los que más defienden la Libertad, pero con mayúsculas. Y me cago en ellos no sólo porque representen la extrema derecha más rancia que pensábamos estaba fuera de la vida social. No sólo porque quieren condenar a una de las pocas personas de este país que defiende los Derechos Humanos a nivel internacional. No sólo porque estén ensuciando el nombre de España, como un país cateto que se atreve a condenar a países extranjeros pero no tiene el coraje de mirar su propia historia. Sino porque, egoistamente, se han cargado una de mis mejores oportunidades profesionales.
Este post iba a llamarse "Garzón, te queremos en Oslo", o algo por el estilo, pero me pareció que el me cago en la falange, falangina y falangeta iba a atraer más lectores de primera mano.
Desde el lunes 26 al jueves 29, se celebra en Oslo la segunda edición del Oslo Freedom Forum, un encuentro de más de 250 personalidades en el ámbito de los Derechos Humanos para debatir y buscar soluciones a la multitud de problemas y límites a las libertades y la justicia que existen en el planeta. Entre la cantidad de personajes importantes, como Ingrig Betancourt, Sara Rojas, Gari Kasparov o muchos otros, destacaba para mí Baltasar Garzón, que el martes iba a participar en una mesa redonda denominada "En la cara del mal" e iba a presentar el tema "Dictadores a juicio". Y hablo constantemente en pretérito imperfecto de indicativo porque, efectivamente, esta noche me han confirmado del departamento de prensa del encuentro que su participación se cancela debido al proceso abierto en España. No sé si porque tienen prohibido viajar al extranjero mientras exista la posibilidad de sentarse en el banquillo, o porque queda feo venir a hablar a Noruega de los dictadores a juicio mientras se le procesa por intentar buscar justicia en una de las mayores dictaduras europeas del siglo XX.La jefa de prensa me había asegurado una entrevista con Garzón y yo estaba como loco de contento. Tal y como está el patio, habría salido en todos los informativos, pues yo no le he visto hablar de momento con ningún medio y todos tenemos un par de preguntas que le querríamos hacer. Estas eran las mías:
- Osl Freedom Forum trata de poner los Derechos Humanos en primera linea: ¿Cual cree que puede ser su labor en esta misión?
- Su presentación se llama “Dictadores a juicio”: ¿Puede resumirnos su presentación aquí en Oslo en sólo unas frases?
- ¿Cree que la solicitud de recusación al magistrado Varela por un lado, y el apoyo popular por otro, pueden acelerar que se eliminen los cargos contra usted?
- El caso por el que está siendo procesado, ¿cree que puede dañar la imagen de España y la lucha contra los crímenes de guerra y las dictaduras a nivel internacional?
- Puede toda esta historia abrir antiguas heridas mal cicatrizadas?
Garzón, de cerca
El año 1999, hace nada menos que 11 años, cuando yo era un tierno y feliz recién licenciado en Derecho, acudí a un curso de verano de la Universidad Complutense, en El Escorial, dirigido por Baltasar Garzón, y bajo el tema "Tribunal Penal Internacional". Realmente interesante. Aún recuerdo la controversia que trajo el invitar a Arzallus para debatir sobre este tema. El caso es que, el último día, ya terminado el curso, todos los periodistas esperaban ansiosos por hablar con don Baltasar. Yo a lo mío, tenía necesidades mingitorias, y me fui lógicamente al baño. Al momento ¿quien tenía a mi lado? Estaba orinando nada menos que junto al gran Baltasar Garzón. Le dí las gracias y la enhorabuena por un magnífico curso, pero no me pareció oportuno darle la mano. Pero lo más gracioso vino luego. Mientras nos lavábamos las manos y los periodistas esperaban fuera, entro el que era su chófer y dijo: "Señor Garzón, la A-6 está cortada por la caída de un letrero en la autopista". "¡Joder, no me jodas!", respondió el señor magistrado, frustrado porque tenía que salir pitando a una charla o reunión en La Coruña. que se vería retrasada por este percance fácilmente encontrable en las hemerotecas. Palabras tan llanas en tan ilustre personaje me hizo recordar que todos pisamos el mismo suelo, aunque unos lo hagan más fuerte que otros.
Admiro al señor Garzón. Me parece un profesional con coraje y preocupado por hacer su trabajo, a pesar de los riesgos que eso suponga, tanto por terroristas, narcotraficantes, dictadores o amigos de todos ellos que amenazan su vida día a día.
Por la dignidad de las víctimas y la justicia universal: eliminación de todos los cargos contra Garzón.