Todo el mundo sabe que en el mundo de Facebook se esconden muchas cosas que no son lo que aparentan. Decenas de perfiles que se llaman Belén Esteban y que, por suerte, ninguno es de verdad. Cientos de perfiles con fotos de chicos y chicas despampanantes que esconden a personajes insatisfechos con el físico que les regaló Dios, si este existiera. Miles de cosas que parecen, pero que no son.
Pero lo que yo no esperaba es llevarme una sorpresa con una página llamada "Declaración Universal de los Derechos Humanos", que me ha demostrado defender valores totalmente contrarios, como son la censura, intolerancia y falta de respeto, a las personas y a la libertad de expresión. Me han insultado, censurado y finalmente eliminado de su página sin ningún motivo que lo justifique. Intentaré poner en antecedentes, aunque resulte un tanto aburrido.
Conocí esta página a través de mi amiga Carmencita, la luchadora "number one" por los derechos sociales. Yo estaba buscando información sobre temas de derechos de los inmigrantes por cuestiones de trabajo y ella me remitió a este grupo. Le pinché en el "me gusta", y, en principio, me ofrecía lo que andaba buscando. Buenos enlaces a noticias y reportajes de temas sociales. Para mí era buena señal que antes que yo, habían clicado en el "i like it", varios de mis amigos más progres.
Yo no tenía ni idea de quién hacía esta página. Yo simplemente la visitaba, leía lo que quería leer, y seguia cotilleando fotos de las fiestas que mis afortunados amigos pueden correrse. Al cabo de un tiempo, descubro que es idea de un tal Jaume D'Urgell, el cual no tengo ni la más remota idea de quién es. Yo no sé si en España le conocerá alguien, pero hasta Noruega no ha llegado su fama. Además, hay un número indeterminado de administradores, que tan sólo firman con sus iniciales.
Hace unos días, publican en su muro algo así como "todos somos Jaume D'Urgell, en contra de los ataques que ha sufrido". Tanto yo como otros usuarios, nos preguntamos que qué es lo que ha ocurrido. A lo que parece no haber respuesta. Finalmente, parece que ha recibido insultos y amenazas, desconozco si por algo relacionado con esta página, lo cual me parece repugnante.
Pero la chispa viene cuando, tras la que parece ha sido la expulsión del grupo de alguien que dijo algo sobre el creador de la página, uno de los administradores, con siglas JSM o algo así, publica "la libertad de expresión tiene límites y bajo algunas frases se interpreta claramente la intención de difamar". No puedo verificar que es exactamente así, porque han eliminado mi cuenta de la página y no lo puedo ver. Yo, que ni conocía la situación del tal Jaume, ni que hubieran echado a nadie, me centro nada más en esa frase y publico "expresiones así son peligrosas. Las utilizan dictaduras como China para limitar la libertad de expresión". No digo yo que una frase así no escueza, pero es mi opinión y como tal, lo que yo creo que es cierto. No estoy diciendo que esa persona sea ningún fascista.
Pasado este amargo episodio y ya olvidado, publico en su muro un comentario, quizás provocador, pero en ningún momento ofensivo. Algo así como "me hice miembro de este grupo por la buena información que aportaba, pero últimamente sólo se ponen citas bonitas, que comparto al 100%, pero que no me aportan nada. Por favor, vuelvan hacer de esta página un medio informativo y de lucha por los Derechos Humanos". Y después de esto, sin comerlo ni beberlo, el tal JSM escribe "usted Sr. Fergar, es el mismo que antes ha defendido a una persona que ha sido expulsada del grupo por lanzar infamias contra el creador de esta página. Eso muestra lo que valen sus palabras". Yo, que tengo mi carácter, reacciono. "¿Qué??? ni yo he defendido a nadie, ni sabía que se había echado a nadie, ni que había habido infamias. Y lo de cuánto valen mis comentarios, me parece una falta de respeto por la que pido una disculpa. Si el resto de administradores no reacciona, tendré que dejar este grupo". Lejos de recibir tal disculpa, sufro otro ataque: "baje el tono de sus comentarios. Aquí no aceptamos infamias ni otras bravuconadas".
Aquí ya exploto. "1.- yo no he subido el tono en ningún momento y vosotros habéis provocado esta discusión. 2.- Bravucón es un insulto. 3.- No porque me traten de usted me están respetando más. 4.- No se preocupen. No intervendré más en esta página y no les volveré a molestar. Viva el fomento del debate y la libertad de expresión.".
Y aquí explotaron ellos. Lejos de nuevo de recibir disculpas, veo que TODOS mis comentarios han sido eliminados, y al poco tiempo, también mi cuenta. Ya no puedo escribir más comentarios.
Yo reto a quien quiera a que analice cada una de mis intervenciones para valorar si hubo alguna infamia o motivo que avale esta brutal lesión a mi liberad de expresión. Me revuelvo al ver que, ahora, en esa página que puedo ver pero no me deja participar, publica el artículo de defensa de la Libertad de Expresión de la Declaración Universal de los Derechos Humanos. ¿Será posible tanta hipocresía? Cierto es que al final pagan justos por pecadores. Supongo que será el tal JSM quien me ha mandado hacer gárgaras, pero ninguno de los otros le ha dado un toque de atención a su lesión a la declaración que defienden.
Esta página ha conseguido más de 80.000 seguidores, y ofrece información interesante, últimamente sobre todo por parte de los usuarios. Pero creo que es importante que sepan lo que ocurre. A veces recibimos mensajes de alguien que, con un buen disfraz, nos están vendiendo una moto con el carburador picado.
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Y la foto que acompaño, es para quitar un poco de hierro a este amargo asunto. A veces, como en el grupo al que dedico este post, las cosas no son lo que parecen. Si ampliáis la foto, veréis que este taller mecánico no ofrece a sus clientes lo que en principio hace pensar en una puesta a punto total.