Ayer tuve la suerte de ir al cine con un grupo de siete alumnos (cinco chicos y dos chicas entre 16 y 17 años) y vimos "El discurso del rey", en versión original con subtítulos en noruego. La lucha del rey Jorge VI de Inglaterra contra su tartamudeo.
La idea era ver Biutiful, pero una peli en español no dura en cartel más de una semana, así que llegamos tarde. Pero, por alguna extraña razón, aún querían ir al cine conmigo y elegimos "El discurso del rey", que además de entretenida, parecía que se podía aprender algo y era una buena excusa para ir con un profe. La peli me encantó. Nos encantó. Fue genial ver a un grupo de adolescentes mostrando interés por una peli que no sea con vampiros cachondos o magos impúberes.
La película es fantástica, no sólo por la impresionate actuación de Colin Firth, que hace una gran caracterización del rey Jorge VI, como se puede ver en los videos que acompañan este post, con el discurso auténtico del rey, y la escena de la película. Más que actuación es imitación. Espléndida.
Me gustó mucho el papel del logopeda, que muestra que, ante los problemas, todos somos iguales. Ni reyes ni hostias. Ni dios, ni amo, ni patrón. Personas, amigos.
Pero me gustó porque, en cierta medida, me sentí identificado. Y no sólo porque el hecho de vivir en tres idiomas haga a mi cerebro que de vez en cuando tartamudee, lo cual me irrita, sino porque me recordó mi discurso de fin de carrera, en la Facultad de Derecho de Valladolid, allá por mayo del 2001. Hace nada menos que diez años ya.
Y quiero aprovechar que este es mi blog privado y las posibilidades de Internet para hacer una caza del tesoro. Aquel fue un día muy especial para mí. Hice un discurso ante más de 300 personas que esperaban que me equivocara para echarse a reir. Pero fue genial. El discurso gustó mucho y recibí felicitaciones de todo el mundo. Pero la casualidad y la mala suerte quiso que de aquel día no tengo más recuerdo que el texto que acompaño a esta entrada (no quería que se quedara simplemente perdido en la memoria de mi ordenador). Aún no había iPhones para hacer videos, y la tienda de fotos, por primera vez en mi vida, quemó mi carrete (sí, carrete) y veló todas las fotos. Ningún documento gráfico. Y aquí llega la ayuda. Sé que al menos el padre de una compañera grabó la ceremonia en video. Así que, si hoy, diez años después, la suerte se pone de mi parte, quizás alguno de los lectores estuvo en esa ceremonia y grabó un video. Si consiguiera una copia me harían un hombre feliz. Sería un orgullo (supongo) poder enseñarselo a mis hijos algún día.
ESTE ES EL DISCURSO, POR SI ALGUNO SE PREGUNTA QUÉ SE DIJO EN LA FACULTAD DE DERECHO DE VALLADOLID, EN LA PRIMAVERA DEL 2001DISCURSO PARA LA CEREMONIA DE GRADUACIÓN
Buenas tardes
Bufff, esto es el peor examen oral al que me enfrento en los 5 años de carrera. Ya llevo muchos encima, pero eran tribunales de 1 o 2 profesores, y este es ante 600 ojos.
Espero que vosotros seáis más benévolos y me deis, por lo menos, el aprobado.
Además cuento con la ventaja de la chuleta y, con vuestro permiso, leeré las cuatro frases que he preparado para aburriros.
Alguien dijo que para hablar en público, la mejor improvisación es no improvisar.
Lo primero que quiero destacar es lo avergonzado que estoy de la promoción que me ha tocado, la 1996-2001, porque somos la primera promoción que tarda 2 siglos en acabar la carrera. Siempre se dijo que Derecho era difícil, pero esto me parece excesivo. Espero de corazón que ninguno de los aquí presentes siga aquí en el siglo XXII.
He tratado de observar como han visto algunos alumnos estos 5 años de travesía, y para ello me he valido de la revista Artículo 20, la revista de Derecho, de los últimos 5 cursos. He buscado en la sección de Aplausos y Abucheos, (una de las secciones de más éxito de esta publicación), lo que más ha gustado y lo que más se ha echado en falta; y he comprobado que el tema más recurrente son… los profesores. Está visto que el roce hace el cariño… o no.
En principio pensé en dar los nombres, pero no quiero ensalzar el ego de los aplaudidos, ni recibir el odio de los abucheados, puesto que luego nos vamos todos de cena y no quiero malas miradas, y además espero acabar este año la carrera.
Así que me limitaré a exponer alguna de las críticas y alabanzas más numerosas y a obviar las opiniones más comprometidas.
En cuanto a los aplausos,
-Muchos han ido hacia el personal de administración y servicios de nuestra facultad.
-También fue muy bien recibida la sala de ordenadores.
-Se agradeció mucho el sacarnos de las minas cuando se fueron nuestros compañeros de Filosofía y Letras, y también el esfuerzo por desmasificar las aulas.
-En cuanto a los profesores, los más aplaudidos por los estudiantes, que han sido muchos, son los que mostraban interés por la materia, tenían un trato cercano y cordial con los alumnos y trataban de hacer sus clases amenas.
Pero no todo son flores, también hubo algún abucheo, seguro que de algún alumno quejica.
-Como es lógico, fueron muy recurrentes los exámenes: los que coincidían en fechas, los nervios de los orales, la injusticia de los test, las notas que salen tarde, las revisiones…
La verdad es que las quejas por los exámenes no creo que desaparezcan nunca.
-Se criticó un plan de estudios obsoleto, del que sobran muchas asignaturas y faltan otras tantas.
-También la falta de clases auténticamente prácticas, puesto que, por ejemplo, en 5 años no hemos pisado un Tribunal o un despacho de abogados.
-A alguno tampoco le gustó el hecho de cobrar por los programas.
-En cuanto al modelo de profesor que no gustó, fue el que sólo da pesadas charlas o muestra desinterés por sus alumnos o aquellos en que sus opiniones van a misa.
Lógicamente nada de esto en vinculante, pero si lo opinan los alumnos, no estaría de más tenerlo algo en cuenta.
Siento que estos aplausos y abucheos sean sólo de profesores, pero es que son los estudiantes los que han opinado. Supongo que aquellos también tendrían algo que decir.
Pero no sólo de profesores se compone la Universidad. Los alumnos somos otra parte muy importante.
Somos una de las facultades con más número de matriculados y de las más activas.
En las fiestas, los primeros. Pero también en los momentos más serios, como en las movilizaciones contra el terrorismo, donde Derecho siempre ha estado a la cabeza.
Tenemos una de las mejores tunas de España. Y somos una de las facultades con mayor número de asociaciones y de actividades.
En las 2 ediciones de la Liga Nacional de Debate Universitario, la mayoría de participantes por la Universidad de Valladolid eran de Derecho, y los 2 años hemos traído suculentos premios.
Creo que todo ello hace que hayamos de sentirnos orgullosos.
Y somos la facultad que más lejos ha llegado, porque pienso que son pocas las que han hecho un viaje de fin de carrera a China.
Por cierto, quería aprovechar para saludar a todos los amigos y amigas que me acompañaron y me aguantaron en aquél viaje.
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Ahora llegamos al fin de un ciclo, que va a producir un gran cambio en nuestras vidas.
Todo cambio produce temor, y la mirada hacia atrás produce nostalgia, pero todo salto siempre es hacia delante y nunca ningún tiempo pasado debería ser mejor que hoy.
Nuestro primer gran cambio fue la entrada en la Universidad, allá por el siglo XX.
Nuestro primer contacto fue en la selectividad, ese pavoroso examen que por un lado nos asustaba, pero por otro nos daba un sentimiento reconfortante de evolución, de sentirnos mayores, UNIVERSITARIOS.
Ahora esa etapa acaba, y el sentimiento es el contrario. Nos hemos convertido en Peter Pan. Deseamos ser siempre niños, jóvenes.
Entramos siendo unos impúberes adolescentes aún con granos en la cara y aún hoy queremos seguir al amparo de mamá y papá, queremos nuestras fiestas universitarias (por cierto, mejor si son en una carpa), queremos nuestras cafeterías a la hora de clase y queremos seguir viendo a nuestros amigos a diario.
Y es que es cierto que la vida del Universitario es dura: Exámenes, clases, estudiar,… pero no creo que ninguno de nosotros lo cambiáramos por nada. Yo nací para ser Universitario. Ni escolar, ni laboral. Universitario.
Porque el mundo laboral nos produce pavor. Es un gran salto. Un salto a una piscina. Salto carpado y con doble tirabuzón hacia atrás. Un salto a una piscina vacía.
Llegamos a un momento en que nos preguntamos ¿y ahora qué hago yo? ¿habrán servido de algo la montaña de folios aprendida y las horas de estudio empleadas? ¿nos ayudará Justiniano a encontrar trabajo?
Y es que terminar la carrera debería ser como atracar en puerto.
La Universidad es como un buque en que los profesores son el timonel y los alumnos los remeros. Y todos debemos poner de nuestra parte para no decir al final "tanto remar para morir a la orilla".
Hemos de atracar el barco y llegar a buen puerto para poder sacar partido de todo el pescado capturado.
Así que nada, suerte a todos.
Gracias, por escucharme
Y VIVA LA PROMOCIÓN 1996-2001
Me sorprendió que me eligieran para dar el discurso de agradecimiento de la generación X de la Facultad de Comunicación, y aún no se por qué, igual pensé que muchos esperaban que me equivocara... De hecho mi madre estaba preocupada de que a su nena se le olvidara el discurso o me pusiera nerviosa en escenario jajaja... Es que nadie sabía de mi habilidad para oratoria, algo que cultivé desde la secundaria, pero nunca había tenido la oportunidad de mostrar, creo que por eso mi debut fue ovacionado esa noche. Y ver a mis compañeros de pie ha sido el mejor reconocimiento que he tenido... Gracia por compartir bellos recuerdos. Saludos
ResponderEliminarPues lástima, te perdiste Biutiful que creo supera por mucho esta del discurso del rey
ResponderEliminarMuy buen discurso, sí señor, me ha gustado
ResponderEliminarBuen discurso David! Me gustó. El Rafa-Joel Drammen:-)
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