Buscando en el baúl de los recuerdos,
uhuhu, esta mañana encontré una de las revistas donde escribía en mi época
universitaria. Artículo 20, la revista de la Facultad de Derecho de Valladolid.
Qué gran revista y qué buenos años. En el número que encontré, yo fui el
director de la revista y celebrábamos el décimo aniversario de la publicación.
En ella publiqué una entrevista que realicé al Gran Wyoming, durante una visita
como público que hicimos al programa Caiga Quien Caiga. La revista es nada
menos que del año 2000, año de la grandeza de Aznar, por lo que las respuestas
de Wyoming tenían todavía más enjundia. Artículo 20 por desgracia ya no existe,
y esta entrevista no existía en formato digital. Tenía ganas de compartirla y
por eso he decidido transcribirla aquí, en mi blog, aunque no tenga nada que
ver con Noruega. El Wyoming siempre ha sido un genio y esta entrevista me
pareció superdivertida. Nosotros habíamos preparado unas preguntas chorras en
la Uni, pero él sólo hizo una fiesta del humor con sus respuestas. Espero que
el lector entienda la inocencia juvenil del periodista:
Con un ingenio portentoso y
un físico impresionante (eso dice), El Gran Wyoming apabulla por su fluida
verborrea y su “respuesta-para-todo”. No hay quien le pille en fuera de juego.
Antes de que termines la pregunta él ya se sabe la respuesta. Todo es posible
en una conversación con el Gran (pero que muy Gran) Wyoming.
A20: La primera es
inevitable: ¿por qué se prefiere ser un médico de Wyoming y no un trampero de
Connecticut?
Wyoming: Bueno amigo, eso es la vida la que te lleva por el camino
adecuado. Yo no soy médico porque la medicina me abandonó, me dejó por otro y
yo tuve que recomponer mi vida en la televisión, que es un chollo.
A: ¿Qué tenía ese otro que
no tuvieras tú, después de todas esas virtudes que predicas?
W: Pues no lo sé la verdad. Cuando uno está en paro siempre se pregunta por
qué ¿por qué ese necio está trabajando y yo no? Pero bueno, qué vamos a hacer,
así es la vida y así está el nivel de la medicina.
A: ¿Y cuando el necio es uno
mismo?
W: Bueno, entonces hay justicia. En mi caso fue una justicia total.
A: Haciendo el mismo estilo
de humor que en el famoso “Peor programa de la semana”, ¿qué se siente de pasar
de aquello al absoluto éxito?
W: Pues, aquí una felicidad grande porque no nos han echado. Lo malo que
tiene esta profesión como todas es el paro. Nos echaron a patadas al octavo
programa y nos quedamos muy frustrados. Aquí estamos encantados porque vamos a
hacer 4 años con un programa que tampoco tenía muchas perspectivas. Ten en
cuenta que hemos llegado a firmar por tres programas. Es una cosa que nunca
nadie había hecho antes. Al final se fue recuperando poco a poco y ahora nos
hemos estabilizado. Esto es una cosa totalmente anecdótica, el que un programa
dure tanto.
A: ¿CQC ha servido de INEM
para los grandes artistas que tenéis por reporteros?
W: Sí. Lo que pasa es que en este programa, como en todos, una vez que se
ha hecho ya, nunca se amplía, se queda ahí. Pasa como con las series, que la
gente dice “jode, dan muchísimo trabajo, como hay tantas”, pero al final son
los cuatro protas, porque los demás van un día, hacen un papelillo y no pueden
volver porque ya han hecho uno.
A: ¿Y por qué se amplió un
reportero?
W: Realmente fue un accidente. Porque uno de los reporteros se iba a marchar
o no se qué. Al final no se fue, el casting ya estaba hecho y dice “bueno, ya
que está”, y se amplió, por una carambola. Además querían un reportero reserva
por si algún día fallaba alguno o se iba a hacer una película y luego volvía.
Porque hubiera un poquito de movimiento, y se quedó ahí.
A: No haremos la típica
pregunta de la reportera, así que pasaremos a la siguiente.
A: ¿Qué fue de su agria
polémica con María Martillo?
W: Bueno, te lo cuento. Realmente es que me pasó una cuenta de fin de mes
que no correspondía en nada a lo que yo recordaba que había ocurrido. Ella
alegaba intoxicación etílica en algunos casos que podían provocar mi amnesia,
pero no. Lo que intentó es darme el palo, pero en fin. Llegamos a un acuerdo
con nuestros abogados y se arregló.
A: ¿Pero estáis en
separación de bienes?
W: No, hubo un ajuste. Lo que ocurrió es que hubo terceros que se habían
hecho pasar por mí y la que estaba borracha era ella.
A: Y a la mascota, el
cochino jabalín, ¿quién de los dos le da de comer?
A: ¿Ah, sí?
W: Sí, lo que pasa es que está muy bien hecha y parece real. Nos pasa a
veces, que la gente se confunde. Incluso hemos recibido e-mails y amenazas de
asociaciones de defensa de animales por utilización de animales en programas,
pero es falso.
A: Y entonces, la amante del
cochino jabalín que aparece en alguna ocasión, ¿también?
W: Eso fue con la excusa del cochino jabalín, a alguien se le ocurrió la
cochina jabalín, pero no queremos entrar en esos casos tristes de zoofilia y no
queremos recordarlo. También él calló en la propia trampa porque cuando le
dijimos “perdona amigo, resulta que es de cartón-piedra y el embarazo de la
cochina jabalín no puede acabar en descendencia”.
A: Para cuándo os vais a
pasar a la moda de Ágatha Ruiz de la Prada.
W: De momento, los productores consideran que nuestra estética es
suficiente así. No necesitamos hacer el ridículo para... no, no perdón, no
quería decir eso. No, creo que le sentaría muy bien a Juanjo de la Iglesia.
Sería el único que podría llevarla, pero vestidos largos, porque tiene las
piernas un poco torcidas. Pablo Carbonell quizás podría llevar los sombreros.
Pero los demás no porque queda un poco el efecto Demi Russo.
A: Múltiples artistas se
están pasando a la política, ¿para cuándo el Partido Wyoming?
W: Pues la verdad es que por culpa de no presentarme a las elecciones ahora
tenemos lo que tenemos. Y la verdad es que el jardín de la Moncloa está muy
bien. Así que estoy considerando seriamente la posibilidad de desbancarlo. Pero
sólo si se acaba el programa, nunca podría dejar este pequeño feudo o
principado.
A: Entonces, en las próximas
elecciones, ¿mayoría absoluta?
W: Yo creo que si España es sensata esto sería así, sino sería mejor
exiliarse. Se quedaría deshabitada. Yo creo que los propios españoles, tanto
los abstencionistas como los que no me hubieran votado, cuando vieran que el
resultado no había supuesto una mayoría absoluta de mi lado, ellos mismos se
harían el harakiri.
(NOTA DEL AÑO 2013: En el
año 2000, José María Aznar consiguió la mayoría absoluta. Wyoming se equivocó
en su predicción. Aunque al final sí han sido muchos los españoles que han
tenido que exiliarse).
A: Pero, ¿quién se
presentaría: el Gran Wyoming, el médico o el personaje que sale justo antes del
programa?
W: Pues yo presentaría tres, los tres primeros de la lista y cobraría por
tres conceptos. Ocuparía tres escaños y así te puedes tumbar, porque ahora se
quedan dormidos sentados. Así sería todo más sencillo. Y así yo tendría dos
Vicepresidencias y dos Secretarías de Gobierno.
A: ¿Y el Ministerio de
Cultura?
W: Pues no sé a quién dárselo, francamente. Pablo Carbonell probablemente
sería el más adecuado.
A: ¿De qué color sería su
cuaderno?
W: Sin cuadernitos. A voz en grito y sin intrigas, porque luego claro, a
qué lleva esto; están todos haciéndose los graciosillos, acuden a cócteles y
sonríen, pero diciendo “este cabrón me ha quitado un Ministerio” y esto crea
una especie de sensación extraña de inestabilidad y desequilibrio entre la
supuesta armonía, y no es lo mío.
A: Y tras las gafas del
programa, ¿cómo se ve el presente y el futuro? ¿muy negro?
W: No, se ve bien. Nosotros lo que pasa es que no podemos alterar el curso
de la historia y nos conformamos. Ahora, en la medida que podemos, contamos las
cosas, pero es difícil, pues claro, nos limitamos a poner lo que la gente nos
cuenta y cada uno cuenta lo que quiere y al final te quedas como estabas.
A: ¿Qué hay que hacer para
tener éxito: tener un traje negro o un bigote negro?
W: El físico es muy importante. A mí el físico me ha abierto todas las
alcobas de España y he entrado en algunas. En todas evidentemente no, porque no
puedo responder a la expectativa que genero. Entonces hay personas que se
tienen que conformar con la fantasía.
A: ¿Y por qué no se presenta
a Mister España?
W: No me gusta tener todos los títulos porque la gente luego te mira mal.
Yo creo que el equilibrio está en no ser envidioso y tampoco ser envididado,
que la gente te sitúe en tu justo lugar. Es decir, el Papa no quiere jugar la
liga de fútbol, dice “ya soy Papa, ya tenemos bastante”. Una ubicación concreta
yo creo que es suficiente y acaparar varios títulos genera una especie de
ansiedad.
A: A propósito de Papa,
ahora se está hablando de su posible sustitución. ¿Podríamos pensar también en
la cabeza del Gran Wyoming para ese puesto?
W: Yo ahí cedería más al Reverendo. Sería un Papa extraordinario. Además,
ya ha pasado por muchas experiencias y podría ser un buen consejero para la
juventud.
A: Y la sede católica, ¿no
podría pasar del Vaticano al estudio de CQC, con Juanjo de la Iglesia, el
Reverendo...?
W: Realmente tenemos un núcleo espiritual muy sólido, pero no queremos
trabajar en ese camino porque como vamos de uniforme, si además planteamos una
historia moral que lo sustenta, pues enseguida se convertiría esto en una
secta. Una secta que como ves, a veces tiene unos resultados, como en Uganda,
tristes. Porque la primera tentación de la secta, una vez que la gente entra en
el dogma que le planteas y lo aislan de su entorno, se convierten en un marco
en el que es muy sencillo dominar, es muy sencillo doblegar. Claro, la primera
tentación cuando tienes a la gente totalmente sometida es “dame todo lo que
tienes y sígueme” y luego tú te escapas.
A: ¿Pero Wyoming es un gurú?
W: No, no. Prefiero, más que un showman... soy un arquetipo. Un arquetipo
desde el punto de vista físico. Prefiero ser eso, como un hombre de calendario
de camión.
---
Doce años después, el Gran Wyoming dio un discurso en Alcalá de Henares donde demuestra que realmente podría presentarse a las elecciones. Sin desperdicio.
Doce años después, el Gran Wyoming dio un discurso en Alcalá de Henares donde demuestra que realmente podría presentarse a las elecciones. Sin desperdicio.
No hay comentarios:
Publicar un comentario