"No somos la ultraderecha", decían. "No nos comparen con los fachas esos daneses de Dansk Folkeparti, que nosotros somos el partido del pueblo noruego", insistían. Muchos les creyeron al ver que tenían miembros del partido de varios colores y sabores. Pero al final al escorpión siempre le puede su carácter.
No se si es el interés periodístico o el puro morbo, pero sigo por Facebook a FrP y a su líder, la dulce Siv Jensen. Cada semana sus post suben más el tono, mostrándose orgullosos por ser los más rápidos del oeste en echar por la puerta de atrás a los inmigrantes a los que se les rechaza la solicitud de asilo.
Hoy han vuelto a enseñar su patita negra por debajo de la puerta en un caso que a mí, como periodista, me repugna:
La revista Scadinavian Traveler, editada por la compañía aérea SAS y distribuida en todos sus vuelos, publicaba en su número de diciembre un reportaje con la evolución de la ultraderecha en Escandinavia. Un artículo escrito por nada menos que Per Svensson, periodista sueco con varios libros publicados y prestigiosos premios periodísticos en sus estanterías. En este reportaje se incluye/incluía una línea temporal por la que pasaba Hitler durante la ocupación, el colaboracionista noruego Quisling, y acababa en el siglo XX con el histórico líder de FrP, Carl I. Hagen, y su actual líder, mi querida Siv Jensen (me "enamoró" cuando la entrevisté en las últimas elecciones generales, pero no hay que confundir placer y trabajo).
El lacayo de Siv Jensen, Per Sandber, casi se mea encima cuando ayer toma un avión y ve que alguien llamaba fea a su jefa. No hay problema. Un par de llamadas y los jefes de SAS están a las puertas del Ministerio de Economía para pedir perdón a su excelencia Jensen y jurar por El Niño Jesús que van a eliminar la revista de todos los asientos de sus aviones. Sandberg no está convencido y toma un equipo de televisión para que le acompañe a tomar un vuelo y confirmar que junto a la información sobre las salidas de emergencia no se encuentra la revista Scandinavian Traveler, que arde ya en la hoguera de los herejes. Su versión digital aún sigue en internet mientras escribo este post (https://scandinaviantraveler.com/sites/default/files/st1412_webb.pdf).
[Añadido el martes, 09.12.14: Ya han eliminado la publicación, pero pude salvar el PDF y colgarlo de nuevo en la red, así que si pinchas en este enlace y vas a las páginas 72-80, encontrarás el reportaje de la discordia ]
[Añadido el martes, 09.12.14: Ya han eliminado la publicación, pero pude salvar el PDF y colgarlo de nuevo en la red, así que si pinchas en este enlace y vas a las páginas 72-80, encontrarás el reportaje de la discordia ]
Los dirigentes de FrP no han dudado en salir a la palestra a afirmar que jamás se había injuriado de tal manera a un partido ultra democrático como FrP. Mientras que la prensa sueca, a la que me uno, no ha tardado en criticar un hecho flagrante de ataque a la libertad de expresión. El propio autor no sale de su asombro. ¿Cómo puede un partido político decidir lo que se ha de publicar y leer? Con este acto, FrP muestra que se merece con creces estar en esa línea de tiempo de la ultraderecha escandinava. Los ultras de hoy no son los nazis de ayer. No matan judíos o apedrean homosexuales. Pero son más sibilinos y van consiguiendo con un populismo repugnante introducir el odio en la sociedad y hoy además demostrar que criticarles tiene un precio.
Ya se lo dijo el escorpión a la rana: "perdóname, es mi carácter".
Fuente: http://ipad.dagbladet.no/2014/12/06/nyheter/utenriks/innenriks/sas/nazisme/36606206/