Hoy tenía que haber entrado en el Todo por la radio de la Cadena SER, pero la actualidad de la moción de censura ha hecho que mi participación se cayera. Tengo claro que soy suplente de los suplentes, pero la verdad que quedar eliminado por culpa de Santiago Abascal es como una patada en los cataplines.
El tema de hoy, como últimamente, es la actualidad COVID en Noruega, en contraposición a la española, con ese puntito de gracieta e ironía del TXR. Como el guión ya lo tenía hecho, lo comparto por aquí para que al menos no caiga en saco roto.
- Cómo está la situación en Noruega
La verdad es que
cualquier comparación con las cifras de España es irrisoria, porque aquí son casi
diez veces menores, pero en los últimos días está habiendo varios brotes y hace saltar las alarmas. Hemos estado por
debajo de 30 casos por 100.000 bastante tiempo, y acabo de ver que ya estamos en 37, lo que hace que sea el país con menos
casos de Europa, junto con Estonia, pero ya también en zona roja.
Uno de los casos
que parece que ha hecho aumentar el número de casos, fue un autobús turístico de pensionistas, que
salió de Stavanger y dio
una vuelta por todo el sur de Noruega y ha dejado un reguero de decenas de
infectados a su camino.
- - Medidas
que se están tomando
En general hay
vida normal, aparte del distanciamiento social, pero al ser la situación en Oslo más grave, con zonas con cerca de
130 contagios por 100.000, las medidas son más duras.
Aquí existe la
obligación de mascarilla en el transporte público cuando no se pueda mantener
el metro de distancia. El martes, el líder del partido laborista, Jonas Gahr Stóre, fue pillado por la
cámara de otro viajero en el metro y sin mascarilla. Stóre pidió rápidamente disculpas y dijo que lo
había olvidado e iba con prisas, pero también quiso destacar que nunca estuvo a
menos de un metro de ningún otro viajero. Una excusa que puede que le valga, y
que se aprecia que un político de su altura vaya en transporte público, pero no
ayuda a su imagen el hecho que hace algún tiempo tuvo que pagar 100€ de
multa por viajar sin billete. Por cierto que los nuevos vagones del tranvía de
Oslo son de la empresa española CAF y la semana pasada se presentaron a bombo y platillo.
Los bares
no se han cerrado, pero hay límite de aforo y se apunta el nombre y teléfono de
todos los asistentes para facilitar la trazabilidad. Las medidas en los bares son
para toda Noruega y no ha evitado que haya habido un brote en Trondheim, después de que una persona contagiada
visitara siete locales y
que ha puesto a 1000 personas en cuarentena. En estos casos de Trondheim y el bus de
Stavanger, ha sido portada el tema de que estos parecen ser una nueva mutación del virus, con más facilidad de contagio y más invisible, lo que facilita los
super-contagiadores.
Una medida
insinuada, pero no puesta
en práctica, y muy discutida, la comentó el ministro de Sanidad, Bent Hóie,
que durante una entrevista al diario VG recomendaba evitar tener sexo con extraños, es
decir, el “one night stand”.
Universidades: difiere de universidad a
universidad porque aquí muchos campus están en el medio del campo, valga la
redundancia, pero en Oslo la situación es especial, y para reducir el aforo a 30%
la mayoría de las clases son virtuales, y cuentan con una estación
propia para hacer test covid a estudiantes y trabajadores.
Sobre
las estaciones, ayer se dio una situación
peculiar en Bergen. Estos puestos son carpas por donde pasan los coches y se hace la prueba
dentro del coche, supongo que en España es igual. Y el sistema de ventilación
falló, y tuvieron que cerrar el puesto porque varios trabajadores sufrieron una
pequeña intoxicación por el dióxido de carbono de los coches.
En general el
respeto, y podría decir el buen rollo, prima en la política noruega, por tanto,
buscando alguna similitud con el caso español, lo más
que se me ocurre es cuando, el mismo Jonas Stóre, había estado en un debate con
la líder del populista partido del Progreso, Siv Jensen, que se alargó a más de
medianoche, y a la mañana siguiente, en lugar de saludarse en el nuevo debate
con el tradicional noruego “takk for igár”, “gracias por ayer”, le dijo “takk
for i natt”“gracias por nuestra ultima noche”, lo cual produjo el regocijo del
respetable.
Y otro caso que
se acerca a lo extravagante se produjo ayer durante el juicio a Laila Bertheussen, pareja del
exministro del Partido del Progreso Tor Mikkel Wara, que se
enfrenta a varios años de cárcel por, entre otras cosas, haber pintado símbolos
nazis en el coche de su pareja para hacerlo pasar por amenazas al ministro. En
este juicio, ayer acudió un experto en lenguaje para descifrar el contenido de
una carta supuestamente enviada por la acusada. Aquí usaba la palabra “pisse”, que
significa “mear”, en lugar de “tisse”, que se puede traducir como “orinar o hacer pis”, y esta era la prueba del
lingüista para intuir que la carta la había escrito una mujer, ya que usaba la
palabra “hacer pis”, y si fuera un hombre habría usado “mear”.
-
Por
qué las cifras son tan bajas en Noruega?
Hace
uno días leí un interesante artículo en el diario VG sobre por qué
Noruega se ha mantenido en cifras de infectados tan baja, cuando las medidas de
restricción no han sido muy fuertes. La conclusión a la que llegaba el artículo
no era tanto que se hubieran hecho las cosas bien aquí, sino que se han hecho
mal en otros sitios (y no miro a nadie). Así, se puede aceptar que uno de los
motivos por los que los contagios son bajos es porque aquí las medidas de
distanciamiento social no suponen gran problema. Llevamos semanas de intensas
lluvias que no animan a las reuniones sociales y yo conozco a más de uno y más
de dos que están encantados de no tener que tocar ni con el hombro a sus
congéneres.